mamá
vendrá
mañana
luego un pedazo de tiempo finito
sucederá mi semana
y en un zapato que calzo y en otro que pierdo,
correré de tarde, a hermosillo
he de sudarme el calor de mis amigos
he de mojar mis frentes y mis pelos
para refrescar un poco el sabor a sal
y crearme un mar en lo que llevo dentro:
este/momento/finito
es/por siempre/infinito
la imagen del instante perenne en que escribo un tú con mi pluma roja avisándote sí: mañana, mamá, vendrá. Porque ¿cómo has de saberlo si estás tan lejos?
En tu propio mar, Amor, sin haber varado en mi orilla de carne,
viernes, 30 de julio de 2010
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