viernes, 1 de octubre de 2010

.

pero esperaré tus rosas

ojeras y tu glande

en una erosión

como los aspavientos ésos de la carretera

que parecían

como molinos que leía

otros miembros

diminutos detractores de dioses

a la deriva y en medio

como escindidos van

por la vereda de mis pasos

de mi cuerpo molido de viento

y decidido está que mis aspas ya no puedan, al cansarte,

caminante,

recorrerte

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